Estamos en primavera, y mayo es el mes de las flores. Muchos esperamos este mes para celebrar la fiesta de nuestra Virgen María Auxiliadora, nuestra madre y las flores son el regalo más frecuente en este mes. Por otro lado todos sabemos que este mes es el ideal para estar al aire libre, rodeado de niños y niñas, en un oratorio, en el campo, rodeados de belleza natural. Por este motivo, por todo esto que nos rodea nos debe recordar a nuestro Creador, este mes se lo dedicamos a la más delicada de las criaturas: La Santísima Virgen, en nuestro caso como salesianos a nuestra Madre María Auxiliadora, alma delicada que ofreció su vida al cuidado y servicio de Jesús, nuestro redentor. Celebremos este mes, invitando a participar en nuestra fiesta a María, nuestra dulce madre del cielo, recordándola y honrándola como Madre de todos nosotros. María Auxiliadora nos cuida siempre y nos ayuda en todo lo que necesitemos. Ella nos ayuda a vencer la tentación y a seguir nuestro camino de santidad, conservando el estado de gracia y la amistad con Dios para así poder llegar al cielo, pues “Ella lo ha hecho todo”.
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