jueves, 30 de enero de 2020

31 de enero. Festividad de San Juan Bosco












Hoy, 31 de enero celebramos la festividad. Me lo presentaron hace muchos años cuando era alumno recién llegado a la escuela de formación profesional de los salesianos de Atocha en Madrid, en la capilla que existe debajo de lo que ahora es la basílica de María Auxiliadora. Viendo una escultura imponente dando la mano a un muchacho, me dijeron, este es San Juan Bosco conocido popularmente como Don Bosco, fundador de los salesianos , las salesianas y los Cooperadores Salesianos, nacido en I Becchi en el año 1815. Se hace sacerdote y se sumerge en la miseria humana que existe en las barriadas de Turín, donde numerosos jóvenes son caldo de explotación laboral, malas condiciones de vida, etc., es en uno de esos momentos donde piensa y toma una decisión, hasta el último aliento por los jóvenes. Así nace el oratorio festivo. Su madre Mama Margarita, le ayuda en las labores de lavar la ropa, la cocina, prepara la comida para los numerosos muchachos que ya cuenta el oratorio.  Alguno de aquellos muchachos desean ser como él y nace la Congregación de San Francisco de Sales, llamados salesianos. En 1853 empiezan a funcionar los primeros talleres, siendo Don Bosco su primer maestro. La obra más completa y bella que deja a la iglesia es su sistema de educación para la juventud, llamado sistema preventivo, consistente en convivir entre y con los jóvenes, basándose en tres palabras: razón, religión y cariño. Fallece el 31 de enero de 1888. Uno de los principales pensamientos de la obra del santo fundador es: La educación es cosa del corazón y sólo Dios es su dueño, y nosotros no podremos triunfar en nada si Dios no nos enseña el arte de ganarnos los corazones y no nos pone en la mano su llave. Yo en aquel momento, viendo a María Auxiliadora en el altar y a Jesús en la cruz, pensé, ellos conocen a sus ovejas por su nombre, Jesús, el Buen Pastor, nos conoce y todo a través del camino junto a Don Bosco, no existe mayor amor, que el de Jesús, al más pobre, al último pecador, al que tiene mayor necesidad, carga sobre sus hombros, la bondad, el cariño y el amor por los demás. Don Bosco quiere que en los ambientes salesianos cada uno se sienta como en su propia casa, por ese motivo la casa salesiana se convierte en familia y nos sentimos acogidos en un afecto correspondido entre hermanos, hermanas y jóvenes siendo responsables del bien común. Es esta la característica salesiana de sentirnos familia, unidos a la experiencia de nuestro padre fundador Don Bosco. Trabajamos para el bien de los jóvenes y en especial para aquellos que están necesitados, desamparados, pobres y en peligro. Gracias por todo ello, Don Bosco, por todo lo aprendido en tus buenos días, oratorios, Eucaristías,… que me ayudaron a formarme como buen cristiano y buen ciudadano. 

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