Hoy, 31 de enero celebramos la festividad.
Me lo presentaron hace muchos años cuando era alumno recién llegado a la
escuela de formación profesional de los salesianos de Atocha en Madrid, en la
capilla que existe debajo de lo que ahora es la basílica de María Auxiliadora. Viendo
una escultura imponente dando la mano a un muchacho, me dijeron, este es San
Juan Bosco conocido popularmente como Don Bosco, fundador de los salesianos , las
salesianas y los Cooperadores Salesianos, nacido en I Becchi en el año 1815. Se
hace sacerdote y se sumerge en la miseria humana que existe en las barriadas de
Turín, donde numerosos jóvenes son caldo de explotación laboral, malas
condiciones de vida, etc., es en uno de esos momentos donde piensa y toma una
decisión, hasta
el último aliento por los jóvenes. Así nace el oratorio festivo.
Su madre Mama Margarita, le ayuda en las labores de lavar la ropa, la cocina,
prepara la comida para los numerosos muchachos que ya cuenta el oratorio. Alguno de aquellos muchachos desean ser como
él y nace la Congregación de San Francisco de Sales, llamados salesianos. En
1853 empiezan a funcionar los primeros talleres, siendo Don Bosco su primer
maestro. La obra más completa y bella que deja a la iglesia es su sistema de
educación para la juventud, llamado sistema preventivo, consistente en convivir entre y
con los jóvenes, basándose en tres palabras: razón, religión y cariño. Fallece el 31 de enero de 1888.
Uno de los principales pensamientos de la obra del santo fundador es: La educación es cosa del corazón y sólo
Dios es su dueño, y nosotros no podremos triunfar en nada si Dios no nos enseña
el arte de ganarnos los corazones y no nos pone en la mano su llave. Yo en aquel momento, viendo a
María Auxiliadora en el altar y a Jesús en la cruz, pensé, ellos conocen a sus
ovejas por su nombre, Jesús, el Buen Pastor, nos conoce y todo a través del
camino junto a Don Bosco, no existe mayor amor, que el de Jesús, al más pobre,
al último pecador, al que tiene mayor necesidad, carga sobre sus hombros, la
bondad, el cariño y el amor por los demás. Don Bosco quiere que en los
ambientes salesianos cada uno se sienta como en su propia casa, por ese motivo
la casa salesiana se convierte en familia y nos sentimos acogidos en un afecto
correspondido entre hermanos, hermanas y jóvenes siendo responsables del bien
común. Es esta la característica salesiana de sentirnos familia, unidos a la
experiencia de nuestro padre fundador Don Bosco. Trabajamos para el bien de los
jóvenes y en especial para aquellos que están necesitados, desamparados, pobres
y en peligro. Gracias por todo ello, Don Bosco, por todo lo aprendido en tus
buenos días, oratorios, Eucaristías,… que me ayudaron a formarme como buen
cristiano y buen ciudadano.

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