La vida de San Juan Bosco fue un milagro constante. Es humanamente inexplicable cómo consiguió, sin dinero alguno, construir escuelas, dos iglesias, una de ellas la célebre Basílica de María Auxiliadora, proveer de maquinaria a sus escuelas profesionales, nutrir y vestir a más de 500 muchachos en una época de gran carestía. En palabras de Pío XI, “en Don Bosco lo sobrenatural había llegado a ser natural; lo extraordinario, ordinario; y la leyenda áurea de los siglos pasados, realidad presente”.
Un año más nos hemos acercado a nuestro padre fundador San Juan Bosco. La Familia Salesiana del colegio de María Auxiliadora de Lugo nos hemos preparado con mucha ilusión para festejar a nuestro santo patrón.
Este día los alumnos del colegio disfrutaron de numerosas actividades lúdicas acompañados de todos los miembros de la comunidad educativa. Ya por la tarde la Familia Salesiana del centro llevó a cabo una Eucaristía en la capilla del colegio, terminando la jornada con un pequeño ágape, donde los asistentes conversaron sobre diversos temas de interés en sus distintos grupos.
San Juan Bosco partió a la Casa del Padre un 31 de enero de 1888, día en el que celebramos su fiesta, habiendo hecho vida de aquella frase que le dijo a su alumno Domingo Savio: “Aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”.
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